El rey murió sin dejar descendientes y en su testamento legó todos sus reinos a Felipe de Anjou (Felipe V), nieto de Luis XIV de Francia, con la condición que los dominios españoles no se dividieran. Por otro lado, Carlos de Habsburgo no aceptó el testamento e inició la guerra contra Felipe V.
La Guerra de Sucesión tuvo dos vertientes:
- Como guerra europea fue un enfrentamiento para obtener la hegemonía (dominio) europea. Luis XIV y Felipe V tuvieron que enfrentarse a la coalición formada por Austria, Saboya, Holanda e Inglaterra.
- Como guerra civil fue un enfrentamiento entre Castilla, partidaria de Felipe V, y la Corona de Aragón, partidaria de Carlos de Habsburgo.
El Tatado de Utrecht (1713), con este acuerdo se llega al fin de la guerra, estableció el fin de las hegemonías y el comienzo del Equilibrio Europeo. Felipe V fue reconocido rey de España, pero Luis XIV tuvo que renunciar a la unión de un lado y otro de los Pirineos. Austria se apropió de la mayor parte de los territorios españoles en Italia y los Países Bajos. Inglaterra, por su parte, se apropió de Gibraltar y Menorca, pero las mayores ventajas que obtuvo fueron comerciales:
- Navío de Permiso: permiso que concedió España a Inglaterra para enviar un barco de 500 toneladas al año, a las colonias españolas en América para comercializar. En la práctica, el navío permitía la extensión del contrabando casi sin límites.
- Asiento de Negros: anualmente Inglaterra tenía derecho a traficar con 4800 esclavos negros.
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